Mejores Abogados en Montevideo

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Cinco penalistas para los que una aceptable defensa puede ser además mediática

"Si la exposición se utiliza para que me vean trabajar, me se ve bárbaro"

Hubo un tiempo en el que el derecho penal era cuestión de salas de facultad, debates académicos o parlamentarios y, desde luego, de los tribunales de justicia. No obstante, a esa situación se sumó una opinión pública que todos los días se ve jugar más el papel de juez en causas en las que quizás en algún momento le toque ser parte. Y de esta forma como la víctima y el victimario tienen cara, además pasaron a tenerla sus abogados.

Para los penalistas, por el momento no alcanza con deslumbrar al juez con un óptimo escrito o llevar a cabo una aceptable explicación en una audiencia; los micrófonos y las cámaras son una sección bastante más de su trabajo. No en vano, para el penalista Andrés Ojeda "la comunicación es medio partido" o para su compañero Jorge Barrera la defensa de un cliente "además se ejerce en los instrumentos sociales para informar y comunicar". ¿Qué secuelas tiene eso para los defensores? En sus bastante más de 40 años de ejercicio profesional Amadeo Otatti llegó a la conclusión de que más allá de que es verdad que la exposición pública otorga notoriedad, "sin éxitos expertos" y un reconocimiento por el trabajo llevado a cabo frente la Justicia, la propaganda pasa a un quinto chato.

En esa misma línea opinaron Ojeda, Barrera y sus colegas Gúmer Pérez e Ignacio Durán. Las caras de estos cinco abogados estuvieron en portadas de diarios o informativos de horario central y en su vivencia, esa exposición fue cierta por causas judiciales que lo ameritaban.

Andrés Ojeda - 33 años

Andres Ojeda 33 anos

Héctor Amodio Pérez para muchos fue y es "el traidor" de los tupamaros, para otros, un hombre sometido a un desarrollo judicial injusto. Para Andrés Ojeda fue el personaje principal del caso que marcó un profundo cambio en su trayectoria profesional. En 2015, cuando el extupamaro viajó a Uruguay desde España para enseñar un libro y acabó procesado con cárcel, Ojeda y su colega Fernando Posada solamente pasaban los 30 años. Pero eso no le interesó a Amodio Pérez para erigirlos como sus defensores.

De ser los ayudantes académicos del instructor de derecho penal Gustavo Bordes, pasaron a tener luz propia y a que sus caras -especialmente la de Ojeda- apareciera día tras día en los informativos y programas periodísticos de tv. Tanto es de esta forma, que cuando tomó la situación llegó a ser la persona con más grande exposición mediática con 32 minutos en una semana entera, según las mediciones llevadas a cabo por Foco Auditoría Multimedia.

Para Ojeda, a los 33 años ser famoso por abogados "del fuste de Gonzalo Fernández, Amadeo Otatti o Gastón Chávez", pero además por quienes se lo cruzan en la calle, debe ver con las defensas de las que participó que, cree, son su primordial currículum vitae.

A la de Amodio Pérez, le siguieron otras causas como la defensa del exintendente colorado Germán Coutinho, o el militar Raúl Mermot. En todas opta por salir a argumentar su actuación en los instrumentos sociales para informar y comunicar. "Yo no tengo drama de romper algunos paradigmas y si la exposición se utiliza para que me vean trabajar me se ve bárbaro", dice y enfatiza que ser mediático no solo sirve al abogado,sino que pertenece a una aceptable defensa.

En los medios descubrió un espacio tan especial, que se ve que hubieran tres Ojeda en uno: el que debe limpiar la imagen de su defendido frente la opinión pública, el que tiene un espacio en tv para argumentar temas jurídicos en VTV y en Canal 4, y el que hace aparición en tapas de revistas o programas de farándula para contar datos sobre su casamiento con la actriz y modelo Natalie Yoffe, que además es su compañero. Y, según dice, pudo un "equilibrio sano" entre los tres.

Si toma un caso es porque "piensa que puede llevar a cabo la distingue", si hace aparición en un display es para que "la multitud entienda algunos temas" que los tienen la posibilidad de indignar y si deja exhibir algunos puntos de su historia privada es porque es consciente que se casó con una mujer famosa y no piensa que sea justo darse el lujo de escoger "a qué programa de tv va y a cuál no", afirma.

Amadeo Otatti - 75 años

"La actividad del abogado se crea con algunos éxitos"

Amadeo Otatti 75 anos

Diego Battiste
Amadeo Otatti se sube a un taxi y el taxista lo reconoce por su voz. Eso es consecuencia de haber trabajado años como periodista deportivo. A lo largo de ese tiempo, debió conjugar sus últimos días de la semana en las canchas de fútbol y el estudio para elaborar defensas de las situaciones penales que llegaban primero al estudio del abogado Martín Tornaría –con quien trabajó- y después al que tomo la decisión de abrir con otros socios. Luego de bastante más de 40 años de ejercicio profesional, las situaciones en los que trabajó por el momento no le entran en el armario donde los archiva. Y dentro de esa montaña de expedientes, piensa que "lo mediático" lo ha podido asistir, aunque reitera que que sin un trabajo exitoso no hay minuto en la tv que valga.

A Otatti le cuesta suponer cuál fue la situacion que lo transformó en un abogado popular. A lo mejor haya sido por la defensa por 25 años de tres militares uruguayos en la situacion de la ausentación y muerte del chileno Eugenio Berríos, por ser uno de los abogados del exministro de Economía Fernando Lorenzo, absuelto por la Justicia en la situacion Pluna o por proteger al comienzo del caso a los hermanos Peirano Basso. O quizás fue una sumatoria de causas en las que debió salir de forma pública a comentar por sus usuarios.

Según Otatti, el reconocimiento habitual tiene su parte considerable porque "los penalistas no acostumbran tener buena popularidad". "La gente piensa que uno debe ver con el delincuente que está defendiendo", enseña. Pero más allá de eso, "la actividad del defensor se crea primero con mucha paciencia, con un largo tiempo y con algunos éxitos", asegura.

Jorge Barrera - 49 años

"El cliente necesita que su perspectiva sea popular"

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Diego Battiste
El 27 de diciembre, Jorge Barrera va a pasar a ocupar un espacio en la narración de Peñarol como su nuevo presidente. Pero ese papel para el que fue elegido no va a implicar que su vocación primordial, aquella por la que en 1987 ingresó a la facultad de Derecho, pase a un background. Barrera va a seguir activo como abogado penalista y su historia va a seguir estando enlazada a esa materia por la que ya es un personaje popular.
Para el penalista, cuando sale a comentar sobre causas penales que protege es porque "hay un requerimiento que no unicamente se ejerce la defensa en los expedientes sino además en los instrumentos sociales para informar y comunicar". "Un abogado aboga por el interés del usuarios y el interés es, en algunas ocasiones netamente judicial y en otros judicial pero además reputacional. El cliente mismo necesita que la perspectiva del cliente, la edición de los hechos y las normas que lo amparan además sean conococidas de forma pública", asegura.
Por eso, cuando se lo ve en tv, se lo escucha en la radio o se lo lee en la página de un períodico como penalista, no piensa que sea porque él es un individuo popular, sino que "la notoriedad la otorga la situacion en sí". Pero de esta forma como cree que una causa en ocasiones debe tener un porcentaje de exposición pública, dice que la clave acaba estando en los libros. Porque "la praxis penal debe estar sustentada en un conocimiento estudiantil y dogmático que es clave y primordial para una aceptable defensa".

Gumer Pérez - 49 años e Ignacio Durán - 36 años

"Hay que salir en los medios cuando sea pertinente"

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2017 no fue un año más en la carrera del penalista Gumer Pérez. Cumplió 20 años como abogado y debió conocer incontables ocasiones el juzgado de Delito Ordenado como defensor del exvicepresidente Raúl Sendic y del senador Leonardo De León en la causa que inspecciona presuntas irregularidades en ANCAP. Con él se encontraba el además penalista Ignacio Durán, de quien es colega ya hace diez años.
A pesar de que hace años que recorren el planeta del derecho penal, los dos creen que la causa ANCAP fue una de las que más grande exposición mediática les ordenó a tener y generó reacciones opuestas. Por un lado, están quienes los ven por la calle y los asocian con el Frente Extenso -partido al que Pérez vota pero Durán jamás pensó en votar en su vida- y les reprochan su labor. Por el otro, están esos que se aproximan a su estudio para solicitarles una actividad social y tenerlos presente suponiendo que requieran ser asistidos en una causa penal.
"En lo personal siento que tuve varios casos mediáticos y de prominente encontronazo. Y me pasó hasta la extravagancia de que me pidan imágenes, algo que jamás pensé", dice Durán, quien además está relacionado al fútbol por ser el abogado de Rampla y haber que viene dentro la Comisión de Especialidad de la Organización Uruguaya de Fútbol (AUF). Durán piensa que debe salir en los instrumentos sociales para informar y comunicar "lo primordial y mientras que sea pertinente para los intereses" de su cliente. "Al fin y al cabo, es al que represento y son sus intereses los que estoy defendiendo", asegura.
A Pérez le pasa algo semejante y admite que el haber tenido causas judiciales con una enorme cobertura, le dió "alguna notoriedad", lo que tiene además sus puntos negativos. "Te quita intimidad y a varios de nuestros usuarios se los asocia con nosotros. Ese es el aspecto negativo de la defensa: la multitud mimetiza al abogado con el defendido. Pero yo soy el abogado, no tengo por qué comunicar sus ideas o su forma de accionar", dice. Lo mismo opina Durán, quien argumenta que su papel no es evaluar la conducta moral de un cliente sino "proteger sus intereses y intentar que le vaya bien".
En la situacion de Pérez, su notoriedad tiene además un papel fuera del derecho penal. Hace 30 años ingresó al Ministerio de Salud Pública, primero como administrativo y llegó a ser abogado litigante de la cartera bajo gobiernos blancos y colorados y, desde que el Frente Extenso llegó al gobierno, se desempeña como asesor del ministro.
Ese papel le permitió, entre otras cosas, formar parte de la construcción del Sistema Nacional Que viene dentro de Salud, integrar el conjunto jurídico de la defensa de Uruguay en el litigio iniciado por la tabacalera Phillip Morris, que el gobierno ganó, y ser parte de la comisión asesora para la pelea contra el tabaquismo.

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